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A ti mujer, a nosotras mujeres

Es muy tentador pararme a escribir sobre la celebración del Día Internacional de la Mujer a pesar de que me cuesta llegar a lo mucho que me ocupa estos días el trabajo, la formación y el estudio.

En primer lugar, felicidades a todas las mujeres en este día en que se visibiliza nuestro papel en la sociedad y, en especial, a las que lucharon en tiempos más difíciles que los actuales para que se reconociera nuestro trabajo, se oyera nuestra voz y se dignificara nuestro papel. Las mujeres actuales tenemos mucha suerte del momento social en que nos ha tocado vivir: disponemos de más libertad, más autonomía, más voz y más reconocimiento que nuestras propias madres y abuelas. Nuestras predecesoras dieron los pasos oportunos y valientes para que se diera la situación actual que vivimos por lo que siempre me sentiré en deuda con ellas además de agradecida.

Me consta que todo lo que se sembró no brotó como se merecía. Las rupturas sociales tienen tras de sí no sólo lo que se tuvo en cuenta, se ganó o significó un gran avance, sino todo aquello que se esconde por haber quedado ensombrecido: luchas que se abortaron, voces que se acallaron, sueños que se frustraron, vidas que se sacrificaron, etc. A todas ellas…GRACIAS. Y también gracias a aquellos hombres que, rompiendo con las normas sociales y creencias del momento y acompañaron en su lucha a estas mujeres como padres, hermanos, esposos, amigos, etc.

Gracias por la fuerza, la energía, el impulso, el trabajo, la pasión, el amor, la dedicación, la entrega, el sacrificio…Nuestra generación tiene un poquito de cada una de las mujeres que nos antecedieron, su espíritu forma parte de nosotras y funciona como un motor que nos mueve a comprometernos con las próximas generaciones de las que también formaremos parte. Hemos avanzado bastante (gracias a ellas) y aún nos queda mucho por hacer y eso ya depende de nosotras.

¿Qué podemos hacer cada una a favor de las próximas generaciones de mujeres?

Hasta el gesto más simple puede cambiar el destino de una mujer, empecemos HOY:

  • Como madre, educando a la mujer en igualdad y autoestima
  • Como hermana, avivando la mejora personal sin competencia
  • Como educadora, descubriendo las potencialidades que se esconden
  • Como amiga, resaltando los valores personales
  • Como competencia, reconociendo sus fortalezas
  • Como compañeras, destacando sus variadas habilidades
  • Como pareja, amándola profundamente como mujer
  • Como jefa, motivándola y reconociendo su valor
  • Como funcionaria, trabajando para sus necesidades
  • Como política, sirviéndola como se merece

Esto es una llamada a toda mujer. Reconocernos como ser humano con todos nuestros valores no es solo cosa de política social ni está en manos de unos pocos, es nuestra responsabilidad. El cambio lo hacemos todas así que te lanzo el reto A TI MUJER, ¿qué estás dispuesta a hacer en tu entorno cercano para que la mujer esté posicionada donde se merece?

Ana María Oncina
Directora ESACAN