Se nos va nuestro Rayco
Cuando una persona a la que quieres mucho se va de tu vida tras una gran oportunidad, te queda una sensación agridulce en la despedida: feliz porque camina hacia su sueño y triste por la ausencia que deja tras su marcha.
Y esa es nuestra sensación hoy: nuestro querido Rayco, toda una institución en Esacan, parte a una nueva etapa de su vida dejando tras de sí muchas personas que lo quieren y lo echarán bastante en falta.
Un poco de historia
Fue allá por principios del 2010, con 23 añitos, que se unió al departamento de reparto de publicidad de la escuela de la mano de su amigo Caleb que, con el tiempo, siguió su trayectoria profesional mientras Rayco se quedaba. No éramos muchas personas en ese momento las del equipo de gestión y estábamos pasando por una época de rupturas internas y externas que fuimos lidiando como pudimos. Era un chico discreto, callado, con mirada dulce y servicial que poco a poco fue buscando su lugar y fue creciendo en puesto y responsabilidades. Siguió siendo de esas personas con las que inicialmente cuesta intimar, pero una vez se cuelan en tu vida, permanecen en ti por el resto de los tiempos. Con algunas personas era más expresivo y con otras algo así como una tumba, costaba interpretar lo que tenía en su cabeza, y debo de reconocer que, a fecha de hoy, para más de una, todavía es un misterio.
Pero en 12 años a todos nos da tiempo de madurar, cada quien lo hace por su propia cuenta y, paralelamente, la relación que mantenemos con las personas de nuestro entorno, van experimentando la misma maduración. Lo cierto es que, cuando compartes tantas horas al día, mes tras mes, año tras año, te das cuenta que suma mucho más del que serás capaz de pasar con tu pareja o tus hijos. Por eso no es extraño entender que el sentir de algunos miembros del equipo de trabajo sea que la escuela es lo más parecido a su familia. Y así es como nos sentimos, que se nos va “uno de los nuestros” y deja el nido para volar donde la vida le lleve, quedándonos felices de saber que va a estar bien, muy bien. Va a una gran empresa y con unas personas que le tratarán de la forma profesional y humana que merece. Y si no fuera así, él ya sabe que tiene las puertas abiertas.
Nos dejas muchos recuerdos Rayco
En su ausencia recordaremos las muchas anécdotas que hemos ido acumulando durante todos estos años y las salidas rápidas que tiene con ese “humor punzante” que le caracteriza y que, en más de una ocasión, según se le escapaba… ya se estaba arrepintiendo.
Dinos, Rayco, ¿quién va a responder ahora a las llamadas de socorro de tus compañeras? ¿Quién va a resolver los inconvenientes de última hora? ¿Quién va a transformar un aula teórica en una práctica (o al revés) en pocos minutos? ¿Y quién va saltar de una sede a otra o va a dejar una cosa a mitad para responder otra urgencia o necesidad de cualquiera del equipo? No es por meterle presión a tu sustituto Tomy, ¿o sí? Pero lo más importante, ¿quién va a traer el cafecito mañanero con ese cariño con que lo haces y llevar la comida de un sitio a otro para repartirla entre todo el personal? ¿Quién va a decir que sí a todos los favores (que al día eran muchos) y que hacía que dejaras de lado la lista de tareas diaria que te mandaba la jefa para responder un “vaaaale” a las súplicas con ojitos de “gato con botas” de sus compañeras? ¿Y quién va a servir esas copas con tanto estilo en la fiesta de Navidad? El chico de GLOVO se nos va (je, je) y eso va a traer un poco de hambre a esta empresa (y sed, je, je).
La vida son etapas y ahora comienza una nueva para ti, para nuestro Rayco, para “Rayco el de Esacan”. Las que hemos estado aquí desde tus inicios, te vimos llegar siendo un muchachito y ahora te vemos partir siendo un hombre más maduro, pero seguirás siendo nuestro Ray. Esta escuela te debe mucho y parte de ti se queda en su esencia, entre sus muros y en nuestros corazones. Gracias por haber compartido todo este tiempo con cada miembro del equipo, seguirán siendo TUS COMPIS POR SIEMPRE.
FELIZ NUEVA VIDA, RAY
Ana María Oncina, Directora Esacan