EN DEFENSA DEL AMOR VERDADERO
Ante todo, te deseo buen amar
Aprovechando que la mitad de nuestro mundo celebra el día de San Valentín, estuve curioseando en internet para conocer su procedencia, ya que pocas veces nos paramos para comprender qué motivos nos llevan a celebrar algunas de nuestras festividades. Aunque tuve que leer más de una cosa de la antigüedad que hubiese preferido no saber, me sorprendió gratamente conocer que la conmemoración inicial fue debido a las buenas obras realizadas por san Valentín de Roma, relacionadas con el concepto universal del amor y la afectividad.
Precisamente, después de muchos años celebrando el amor como si fuera de uso casi exclusivo en el entorno de las parejas, de poco tiempo para acá ampliamos el espectro y celebramos el amor más general, sin que tenga que relacionarse con formar un pequeño núcleo entre 2 seres humanos. Con esto no digo que no sea importante que exista ese tipo de amor, por supuesto cualquier derivado es totalmente aceptable, a lo que me refiero que nuestra sociedad “no necesita” resaltar el amor en las relaciones de pareja porque quizá no es donde más se puede apreciar el “buen amar”. En repetidas ocasiones este amor viene acompasado de necesidad de ser “completado por otra persona” (la famosa media naranja), de llenar algún vacío con la compañía de otro ser humano, de “tener a alguien” en nuestra vida y muchas otras cosas más, lo que nos lleva a un estado de dependencia emocional o de creencia de posesión que más tarde que pronto la realidad nos demuestra que nunca fue así.
Por eso quiero compartir contigo hoy la celebración del AMOR, ese AMOR escrito en mayúsculas y que abarca mucho más allá de lo que muchas mentes y corazones podemos imaginar. Ese AMOR según San Pablo (más universal que religioso) donde nos dice “si no tengo amor no soy nada”. Y no se refiere a tener a quien amar, sino a albergar ese Amor en nuestro interior, ese que va de dentro hacia fuera sin que tenga que venir de nadie en particular. Ese que te da riqueza como ser humano por ser más capaz de dar que de recibir.
El amor en todas sus formas
Erich Fromm, en su libro “El arte de amar” (muy recomendable), hace una reflexión muy interesante respecto a los diferentes objetos a los que amamos, pero el que más me llama la atención es el que hacer respecto al “amor a sí mismo o a sí misma”, donde indica que “está inseparablemente ligado al amor a cualquier otro ser”. Lo que nos lleva a empezar la casa por los cimientos invitándonos a revisar nuestra manera de amarnos y a prestarle la atención que merece para poder ofrecer un amor de calidad a cualquier otro ser sintiente: cuanto más me amo, más puedo amar al prójimo.
Así que celebremos, hoy y siempre, el AMOR en todas sus formas y relaciones: padres, madres, hijos, hijas, hermanos, hermanas, amigos, amigas, compañeros, compañeras…Y, como no, animar a que fomentemos el amor maduro entre los seres humanos (en palabras de Erich Fromm): “el amor de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos”.
Te deseo buen amar a ti y a los tuyos. Feliz día del amor.
Ana María Oncina - Directora de Esacan