FELIZ DÍA DEL PADRE, PAPÁ, PAPI

 

Hoy celebramos el día del padre y es una de esas fechas especiales que levantan cierto debate por los diferentes comportamientos de los padres y parejas a lo largo de la historia de nuestra sociedad. Debido a esas voces que quieren eliminar los días del padre o de la madre, han surgido en los entornos sociales diferentes argumentos para defender sus posturas que muchas personas hemos rebatido o compartido en redes para seguir generando dicho debate. Aun sabiendo las difíciles situaciones que se puedan vivir y sabiendo la sensibilidad que para ciertas tiene este tema, me gustaría compartir una reflexión sobre el rol del padre actual y su perspectiva en los próximos años.

En primer lugar, mis felicitaciones a esos padres que han dejado una huella imborrable en su descendencia y que han cumplido con un papel defensor, sanador y sostenedor de la familia, transmitiendo la seguridad que necesita en cada momento. Al hombre-padre actual, le toca otro rol algo distinto desde que la mujer ha ido posicionándose en la sociedad bajo su propia identidad, sin depender de la del padre o la del marido, además de insertarse en el mercado laboral que le ha permitido ser más independiente en materia económica.

Todos estos cambios sociales que hemos vivido más intensamente en los últimos 50 o 60 años, han exigido que todas las partes implicadas se adapten a esa evolución sin conseguir un éxito muy elevado. Todavía hay una influencia de nuestros padres y abuelos que no ha hecho posible el cambio deseable y equitativo en los roles de paternidad y maternidad. Por eso me gustaría que pudiéramos entender que, en ocasiones, hasta los hombres que son padres y que quieren hacer bien su función, pueden tener una lucha interna entre seguir siendo el mayor sostenedor de la familia y participar en la crianza de su descendencia. Con esto no estoy justificando a los padres que se escaquean de sus responsabilidades de manera consciente, a los que se excusan fácilmente porque la otra persona “lo va a hacer mejor” o a los violentos. A lo que voy, es que todo cambio requiere de un tiempo de adaptación hasta encontrar el equilibrio; que a la par de esa adaptación, podemos seguir impulsando leyes que permitan conciliar el trabajo con la crianza no sólo a la mujer y, como no, premiando a las empresas que dan permisos por cuidados tanto a un padre como a una madre.

En el entorno empresarial e incluso familiar, todavía se mira mal al hombre que sale de su trabajo para recoger a su infante del colegio cuando lo llaman porque está enfermo; o que lleva a su hija al médico y alguien cuestiona que tenía que haber ido con la madre “que ella se entera mejor de esas cosas”. Creo que todos los miembros de la sociedad participamos de esos juicios de valor y merecemos una buena reflexión de nuestras propias convicciones.

Sólo me queda aportar que, aunque nuestro padre no haya estado presente en nuestro día a día, o haya tenido un “desacertado” papel, que sólo por el hecho de darnos la vida, merece ser honrado por ser portador de nuestra existencia.

¡FELICIDADES, PADRES!

FELIZ DÍA DE LA MUJER A LAS MUJERES…

Cuando celebramos el día internacional de algo, surgen voces en contra por cuestiones comparativas o porque les resulta una injusticia celebrar un tema en concreto y no otros que también son relevantes. Por supuesto, comprendo esas posiciones que se manifiestan en contra de celebrar el día internacional de la mujer porque, de hecho, parece mentira que tengamos que destacar un día al año y recordar la importancia del rol de la mujer a lo largo de nuestra historia para destacarla.

Lo comprendo a la par que me entristece que la celebración de este día sea aún necesaria porque, de alguna manera, demuestra que todavía no hemos llegado a equilibrar la posición de nuestro género en la sociedad actual. Ha pasado más de un siglo de los comienzos de las primeras conmemoraciones a la mujer tanto en Estados Unidos como en Europa, pero la memoria de la historia está todavía tan arraigada en las raíces, que están siendo necesarias muchas décadas para ir cambiando todas las estructuras sociales: nuestra visión interna, nuestras leyes, nuestras familias, etc. Son muchas las sacudidas y rupturas necesarias para dar cabida al nuevo rol que queremos ejercer la mujer hoy en día. Ni siquiera creo que todas queramos jugar el mismo, ya que la propia evolución del entorno social y la tecnología nos están pidiendo cambios rápidos y flexibles para tratar de adaptarnos a las necesidades del momento presente como todo ser viviente. Pero todo esto sucede mientras trabajamos, criamos, estudiamos, amamos, reivindicamos y un largo etc. de exigencias sociales actuales.

Pues sí, todavía es necesaria esa visibilidad para que la mujer alcance el lugar que se merece, sin que se vea sumamente afectada la base de toda sociedad que es la familia (en cualquiera de sus formas) y que, por supuesto, no se entienda que es una lucha de poder contra su compañero de sociedad que es el hombre. Es necesario plantear la igualdad desde el respeto y la admiración mutua, desde el reconocimiento de que cada miembro cumple un papel imprescindible para seguir avanzando como humanidad. Estoy segura de que somos capaces de hacerlo desde una convivencia armónica y consciente de nuestra propia evolución como especie, donde podamos dejar atrás esos roles caducos que correspondían a otros tiempos y que ya no son necesarios.

Ahora se nos abren más opciones de beneficiarnos de la participación de la mujer en otros ámbitos de la sociedad donde tendremos la oportunidad de aportar, como complemento a la forma en que se ha venido haciendo hasta hoy, el valor de nuestra visión y nuestra voz como mujeres. Estas aportaciones seguro que repercutirán de manera positiva y esperamos que se vaya equilibrando y estabilizando de manera justa los roles del hombre y la mujer en todos los aspectos necesarios de nuestra vida.

Que la empresa, la familia, la política y cualquier ámbito de nuestra vida, lleve la semilla del respeto y la igualdad.

FELIZ DÍA DE LA MUJER… A TODAS LAS PERSONAS QUE TIENEN UNA MUJER EN SU VIDA