Wellness Massage Lanzarote: Un Caso de Éxito Esacan

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El camino hacia el éxito no es lineal, requiere pasión, dedicación y, en muchas ocasiones, una buena formación. Es el caso de Diego Chantada, gerente de  Wellness Massage Lanzarote, quien, gracias a los cursos realizados en la Escuela Esacan, pudo transformar su pasión por las terapias manuales en un próspero negocio.

Diego Chantada

Diego, un joven con un inmenso deseo de ayudar a los demás, encontró en Esacan el punto de partida ideal para su desarrollo profesional. Su formación en quiromasaje y disfunción miofascial le permitió adquirir una amplia gama de habilidades y técnicas, entre las que se incluyen masaje relajante, descontracturante, deportivo, circulatorio, drenaje linfático, anticelulítico, craneal y reflexología, así como técnicas específicas para tratar zonas cervicales, lumbares y extremidades.

Gracias a este sólido bagaje formativo y a su incansable búsqueda de mejora continua, Diego ha logrado posicionar a Wellness Massage Lanzarote como un referente en la isla en lo que a masajes a domicilio se refiere. El compromiso, la calidad y la personalización son la base de cada uno de sus servicios, que abarcan desde masajes individuales hasta sesiones en pareja, todos realizados con la máxima profesionalidad y atención al detalle.

Los clientes de Wellness Massage Lanzarote pueden disfrutar del verdadero bienestar en la privacidad de sus hogares, evitando los desplazamientos a spas o centros de masajes. Además, la empresa ofrece una amplia gama de masajes, adaptados a las necesidades específicas de cada persona. Y es que en Wellness Massage Lanzarote, la satisfacción del cliente es la prioridad.

 

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Diego Chantada es un ejemplo perfecto de cómo la pasión combinada con una buena formación puede conducir al éxito. Hoy, gracias a los cursos de Esacan, puede dedicarse a lo que realmente ama: ayudar a las personas a aliviar el estrés, reducir el dolor, mejorar la movilidad y disfrutar de una vida más saludable y feliz.

Wellness Massage Lanzarote es un caso de éxito de Esacan, y un referente para todos aquellos que aspiran a convertir su pasión en su profesión.

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La maternidad: una profesión en desuso

Según cuentas los expertos, en nuestra “vieja Europa” está descendiendo la natalidad a pasos agigantados. Cada vez nos dan más alertas del peligro que supone la descendencia de los nacimientos y publican estadísticas algo frías de cómo estarán de envejecidos los países en unos 50 años, además de lo que va a repercutir en el pago de las pensiones porque seremos muchos mayores (si llegamos) y más bien pocos jóvenes.

Y digo yo que esto está ocurriendo porque le hemos perdido el cariño a la profesión de ser madre, es una categoría que ha ido reduciendo su valor y no somos del todo consciente del papel que juega en la sociedad.

Yo tengo una teoría: si por cada persona que existe traemos una nueva al mundo, cada pareja tendría 2 hijos y, siguiendo mi teoría, por lo menos aportamos cada quien alguien que pague nuestra propia pensión. Pero los números no cuadran cuando, de repente, alguien decide no tener hijos, ¿verdad? Y no van a entender que como yo hice el esfuerzo de criar, mantener, cuidar y preparar a estas personas para afrontar el mundo, lo que ellos aporten a la sociedad, será para las pensiones de todo aquel que lo requiera en ese momento. Se entiende que necesitamos 2 personas para crear 1 nueva personita (o a veces ni eso), pero justamente cuando tenemos sólo 1 hijo por pareja, pues pasamos a aportar a la sociedad media personita por habitante.

Y para colmo, nos topamos con muchas parejas nuevas que ni siquiera se plantean ser padres, lo cual nos rompe totalmente la estadística y nos vamos alejando de lo que precisa nuestra querida sociedad. Ya no contamos con las personas que han decidido no estar en pareja que nos aleja de ese dato que comentamos anteriormente de que nos hacen falta 2 para crear 1.

¿Qué le pasa a la profesión de ser madre? ¿Está pasando sólo una pequeña crisis o es algo que está en desuso? Yo diría que estamos perdiendo la vocación de entrega total, del espíritu de sacrificio, de la ilusión por crianza, de la confianza en vida, de esa predisposición a cuidar de otro ser humano para que mañana siga el mismo ejemplo.

El amor de madre es una cuestión que está en peligro de extinción si no nos damos la oportunidad de complicarnos la vida, de salir de nuestra zona de confort, de renunciar a pequeños sueños, de dormir poco durante un tiempo, etc. En definitiva: de dejar de hacer lo que nos apetece para participar en una labor más grande que es la continuidad de nuestra especie (desde el punto de vista de la biología).

Pero si miramos desde un punto de vista más trascendental, elegir ser madre, es la oportunidad mayor que nos puede dar la vida para producir AMOR INCONDICIONAL a unas personitas que formarán parte de la vida de otras personas y, con sus relaciones con otros seres humanos, tejerán la tela de la que se nutre nuestra sociedad, desplegando los valores que les hayamos enseñado y repartiendo ese amor al resto de los seres.

Que la profesión de MADRE siga siendo una aspiración a la que quieran llegar las mujeres. ¿Te atreves?

FELIZ DÍA DE LA MADRE

FELIZ DÍA DEL PADRE, PAPÁ, PAPI

 

Hoy celebramos el día del padre y es una de esas fechas especiales que levantan cierto debate por los diferentes comportamientos de los padres y parejas a lo largo de la historia de nuestra sociedad. Debido a esas voces que quieren eliminar los días del padre o de la madre, han surgido en los entornos sociales diferentes argumentos para defender sus posturas que muchas personas hemos rebatido o compartido en redes para seguir generando dicho debate. Aun sabiendo las difíciles situaciones que se puedan vivir y sabiendo la sensibilidad que para ciertas tiene este tema, me gustaría compartir una reflexión sobre el rol del padre actual y su perspectiva en los próximos años.

En primer lugar, mis felicitaciones a esos padres que han dejado una huella imborrable en su descendencia y que han cumplido con un papel defensor, sanador y sostenedor de la familia, transmitiendo la seguridad que necesita en cada momento. Al hombre-padre actual, le toca otro rol algo distinto desde que la mujer ha ido posicionándose en la sociedad bajo su propia identidad, sin depender de la del padre o la del marido, además de insertarse en el mercado laboral que le ha permitido ser más independiente en materia económica.

Todos estos cambios sociales que hemos vivido más intensamente en los últimos 50 o 60 años, han exigido que todas las partes implicadas se adapten a esa evolución sin conseguir un éxito muy elevado. Todavía hay una influencia de nuestros padres y abuelos que no ha hecho posible el cambio deseable y equitativo en los roles de paternidad y maternidad. Por eso me gustaría que pudiéramos entender que, en ocasiones, hasta los hombres que son padres y que quieren hacer bien su función, pueden tener una lucha interna entre seguir siendo el mayor sostenedor de la familia y participar en la crianza de su descendencia. Con esto no estoy justificando a los padres que se escaquean de sus responsabilidades de manera consciente, a los que se excusan fácilmente porque la otra persona “lo va a hacer mejor” o a los violentos. A lo que voy, es que todo cambio requiere de un tiempo de adaptación hasta encontrar el equilibrio; que a la par de esa adaptación, podemos seguir impulsando leyes que permitan conciliar el trabajo con la crianza no sólo a la mujer y, como no, premiando a las empresas que dan permisos por cuidados tanto a un padre como a una madre.

En el entorno empresarial e incluso familiar, todavía se mira mal al hombre que sale de su trabajo para recoger a su infante del colegio cuando lo llaman porque está enfermo; o que lleva a su hija al médico y alguien cuestiona que tenía que haber ido con la madre “que ella se entera mejor de esas cosas”. Creo que todos los miembros de la sociedad participamos de esos juicios de valor y merecemos una buena reflexión de nuestras propias convicciones.

Sólo me queda aportar que, aunque nuestro padre no haya estado presente en nuestro día a día, o haya tenido un “desacertado” papel, que sólo por el hecho de darnos la vida, merece ser honrado por ser portador de nuestra existencia.

¡FELICIDADES, PADRES!

FELIZ DÍA DE LA MUJER A LAS MUJERES…

Cuando celebramos el día internacional de algo, surgen voces en contra por cuestiones comparativas o porque les resulta una injusticia celebrar un tema en concreto y no otros que también son relevantes. Por supuesto, comprendo esas posiciones que se manifiestan en contra de celebrar el día internacional de la mujer porque, de hecho, parece mentira que tengamos que destacar un día al año y recordar la importancia del rol de la mujer a lo largo de nuestra historia para destacarla.

Lo comprendo a la par que me entristece que la celebración de este día sea aún necesaria porque, de alguna manera, demuestra que todavía no hemos llegado a equilibrar la posición de nuestro género en la sociedad actual. Ha pasado más de un siglo de los comienzos de las primeras conmemoraciones a la mujer tanto en Estados Unidos como en Europa, pero la memoria de la historia está todavía tan arraigada en las raíces, que están siendo necesarias muchas décadas para ir cambiando todas las estructuras sociales: nuestra visión interna, nuestras leyes, nuestras familias, etc. Son muchas las sacudidas y rupturas necesarias para dar cabida al nuevo rol que queremos ejercer la mujer hoy en día. Ni siquiera creo que todas queramos jugar el mismo, ya que la propia evolución del entorno social y la tecnología nos están pidiendo cambios rápidos y flexibles para tratar de adaptarnos a las necesidades del momento presente como todo ser viviente. Pero todo esto sucede mientras trabajamos, criamos, estudiamos, amamos, reivindicamos y un largo etc. de exigencias sociales actuales.

Pues sí, todavía es necesaria esa visibilidad para que la mujer alcance el lugar que se merece, sin que se vea sumamente afectada la base de toda sociedad que es la familia (en cualquiera de sus formas) y que, por supuesto, no se entienda que es una lucha de poder contra su compañero de sociedad que es el hombre. Es necesario plantear la igualdad desde el respeto y la admiración mutua, desde el reconocimiento de que cada miembro cumple un papel imprescindible para seguir avanzando como humanidad. Estoy segura de que somos capaces de hacerlo desde una convivencia armónica y consciente de nuestra propia evolución como especie, donde podamos dejar atrás esos roles caducos que correspondían a otros tiempos y que ya no son necesarios.

Ahora se nos abren más opciones de beneficiarnos de la participación de la mujer en otros ámbitos de la sociedad donde tendremos la oportunidad de aportar, como complemento a la forma en que se ha venido haciendo hasta hoy, el valor de nuestra visión y nuestra voz como mujeres. Estas aportaciones seguro que repercutirán de manera positiva y esperamos que se vaya equilibrando y estabilizando de manera justa los roles del hombre y la mujer en todos los aspectos necesarios de nuestra vida.

Que la empresa, la familia, la política y cualquier ámbito de nuestra vida, lleve la semilla del respeto y la igualdad.

FELIZ DÍA DE LA MUJER… A TODAS LAS PERSONAS QUE TIENEN UNA MUJER EN SU VIDA

FELIZ MES DEL AMOR (PORQUE UN DÍA SE NOS HACÍA POCO)

Hay muchas fechas señaladas en el calendario, pero la de San Valentín es una de mis preferidas para pararnos a reflexionar sobre esta celebración. Que duda cabe que es un buen momento para que los negocios como las joyerías, floristerías, bombonerías, pastelerías y muchos más, suban sus ventas para que algunos seres humanos le demostremos con un regalo a otros que les queremos mucho, que son importantes para nuestras vidas.
Además de ese día tan especial, se celebra el día mundial del matrimonio, por lo que muchas parejas aprovechan en estas fechas para casarse o “re-casarse” al cumplir los 10, 25 o 50 años de su boda, lo que los convierte en reincidentes, je, je.
Así que, como nos parecía poca celebración, hemos bautizado a febrero como “el mes del amor”, cuestión que amplía el tiempo en el ponemos el amor en nuestros anuncios, noticias y escaparates. Y ciertamente, con los momentos que nos está tocando vivir con las guerras y catástrofes que nos rodean, que el amor nos tenga algo distraídos es un chorro de aire fresco para nuestra preocupada mente.
En esta ocasión y con el permiso de quien lee, me gustaría abordar el amor que algunas personas tachan de egoísta, pero que tan necesario es para la evolución de cada ser humano, y es el amor a mí mismo, a mí misma. La expresión “amor propio” no me resulta fácil de utilizar, ya que, en mi juventud, era un sinónimo de orgullo, pero he de reconocer que su significado es algo así como: la aceptación de los sentimientos que tenemos por nosotros mismos, hacia nuestro físico, personalidad, carácter, actitudes y comportamiento.
Y ha sido profundizando en este concepto del “amor propio”, como he reconocido la diferencia que se hace con el concepto de autoestima, que desde siempre la he definido como “amor a mí”, pero al parecer, esta última tiene una connotación diferente y algo más superficial que el concepto anterior.
Soy una gran defensora del trabajo personal para elevar la autoestima, no sólo por el hecho de que nos pongamos más valor para afrontar los tropiezos o traspiés que encontramos por el camino, sino porque entiendo que una persona que es capaz de reconocer sus valores, estará bien construida internamente. ¿Y eso de qué le puede servir? En principio, la autoestima le hará más resistente a las influencias que tiene en cada quien las decisiones ajenas, las circunstancias del entorno, etc. Además, una persona con una elevada autoestima, será menos susceptible y tendrá mejor humor que otra que cualquier comentario le puede afectar a su salud mental y emocional. Tendrá una confianza en sí misma de tal manera que, cuando alguien le falte a la verdad o la cuestione, no le perturbarán en gran medida
Haciendo un inciso, aunque no parezca necesario, es importante tener en cuenta que elevar la autoestima, en contra de lo que se puede pensar, alimenta una parte de nuestro ser que nos acerca a los demás si está bien enfocada. En los casos en los que ponemos distancia porque nos vemos superiores a nuestro entorno, estamos alimentando nuestro ego que, tarde o temprano, se nos volverá en contra.
Y volviendo al “amor propio”, he de decir que me encantó la parte de la “aceptación radical” de su definición, ya que abarca todo lo que somos, pensamos, sentimos y actuamos. Por un momento, podría parecer que nos permitiría hacer cualquier cosa sin tener en cuenta a nadie, pero precisamente va de la mano del “amor” que, como no puede ser de otra manera, le pone la parte más valiosa a la expresión.
Así que, mi propuesta de hoy, es que aprovechemos este “mes del amor” para cultivar “el amor propio” cada persona en sí misma y colaboremos en la construcción de un mundo más amoroso empezando por nosotros mismos, por nosotras mismas. Soy de las que sostengo la teoría de que, cuanto más amor nos damos, más nos llenaremos hasta el punto de que se rebosará en cada quien y se podrá compartir con los seres que nos rodean, sólo es cuestión de tiempo.
Te deseo un feliz mes del amor y un profundo amor propio.

A.M.O.

Ana María Oncina, Directora Esacan

DÍA INTERNACIONAL DE LA EDUCACIÓN: ¿EDUCAMOS?

Según la Unesco, la educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva, por lo tanto, nos están dejando “la pelota en nuestro tejado”. Cierto es que a día de hoy hay alrededor de 250 millones de infantes y jóvenes sin escolarizar, y muchos millones de personas aún son analfabetas. ¿Creíble? Pues para los habitantes de una sociedad relativamente avanzada, estos datos nos resultan escalofriantes, ya que nos queda algo lejos la ausencia de escuelas y de oportunidades de estudio. Más bien estamos en un momento en el que muchas personas tienen la oportunidad de avanzar en su educación y renuncian a ella por falta de motivación, organización, empuje o cualquiera sabe qué más motivos. En otros países, viendo todas las oportunidades que tenemos en nuestro entorno (por supuesto mejorables) y lo poco que las aprovechamos, nos verían como a un animal que se va de caza teniendo la carne delante de sus narices.

La educación nos hace más iguales

La educación no sólo nos aporta conocimiento, nos refina, nos amplía las posibilidades laborales, sino que además recorta la distancia que hay entre nuestros semejantes: nos acerca a las diferentes clases, nos equilibra la posición de los géneros, nos amplía oportunidades sin distinción de raza. En definitiva, nos hace más iguales a todos los seres humanos.

El lema de este año es “Invertir en las personas, priorizar la educación” y, aunque estamos a años luz de otros países y culturas, me preguntaba qué estamos haciendo cada quien para colaborar en tener un país más “educado”. Así que te invito a reflexionar sobre “qué minutos de este partido nos toca jugar”. ¿Estamos participando en nuestra propia educación? ¿Valoro lo suficientes las oportunidades que tengo para educarme? ¿Empujo a mi entorno para que se eduquen? Y, por otro lado, ¿colaboro con alguien que precise educación? Ahí lo dejo.

Me pareció muy interesante “la responsabilidad colectiva” y, partiendo de esa base, no puedo señalar sólo a las entidades públicas (que tienen mucha responsabilidad en la ausencia de educación, por supuesto), pero me gusta meterme en el fango de la participación social y entender que cada habitante es el engranaje que permite mover esta máquina que puede elevar nuestra sociedad al nivel que merece.

¿Educamos?

La educación puede hacer que nuestra sociedad piense con criterio, coherencia, inteligencia y humildad, permitiendo que podamos crecer al unísono sin importar cuáles fueron nuestras raíces y cuál es nuestra procedencia. Así que te animo a conjugar el verbo educar en todas las formas posibles y participar en cualquier oportunidad de educarte, educar, facilitar la educación, etc. ¿Educamos?

Ana María Oncina Cordón, Directora Esacan