Un extraño y nuevo curso escolar

Los Centros Educativos tanto públicos como privados nos hemos preparado para un nuevo año académico lleno de normas sanitarias, cambios en las instalaciones, modificaciones en la modalidad de la enseñanza, etc., con la sana intención de seguir haciendo nuestro trabajo lo mejor posible y donde el alumnado siga siendo el beneficiado. Y lo hacemos no sólo porque de eso depende la supervivencia del sector, sino porque es la razón de ser de nuestra actividad: formar y preparar a los futuros profesionales.

Nuestros alumnos afrontarán (a corto, medio o largo plazo), la responsabilidad de cumplir con su papel al incorporarse al entramado social y participar en el sostenimiento de nuestra “sociedad del bienestar” que en estos momentos no está en sintonía con su propio nombre.

¿Qué profesión elegir?

Ya no resulta tan clara que la elección de esa profesión a la que aspiraba una alumna sea la adecuada, ni el cotizado puesto de trabajo que realizaba un alumno tenga ahora el mismo valor que hace poco más de seis meses. En estos momentos, en los que muchos valores sociales y laborales han cambiado y se respira incertidumbre por donde quiera que vayamos, ¿cuál es la mejor elección de profesión?

Incertidumbre

¿Qué sector elijo para trabajar?

Las respuestas a estas preguntas requieren una reflexión interna por parte de cada persona para que se incline hacia una labor profesional donde se sienta identificada. Ahora bien, es lógica la duda al elegir el sector por la cantidad de información que nos llega sobre el futuro incierto de casi todo lo que nos rodea, cuestión que nos impide una claridad en nuestra decisión.

¿Qué hacer?

  • Elegiría formarme.
  • Elegiría el conocimiento, la tecnología, las habilidades personales; elegiría prepararme para afrontar los nuevos retos, ejercitar mi cerebro y alimentarlo con nueva información.
  • Elegiría ocupar mi tiempo en saber cosas nuevas aunque fueran viejas, en mejorar como profesional para hacer mejor mi trabajo, en desarrollar otra labor diferente para valorar la que he hecho hasta ahora o la que acabo de aprender.
  • Elegiría aportar un valor a nuestra sociedad y prestar un mejor servicio, o simplemente saciar mi curiosidad.
  • Elegiría el movimiento antes que la inacción, elegiría el saber que, aunque decía mi abuela que “no ocupa lugar”, en mi opinión sí que lo ocupa y en un sitio privilegiado que es nuestra mente.Estudiantes

¿Qué opción tenemos?

En medio de toda esta variedad de cambios e incertidumbre, lo que sí veo con claridad, es que a todos nos afecta esta situación que estamos viviendo y, la forma en que salgamos y el tiempo, va a estar condicionado por la capacidad y resistencia de las personas que formamos parte de la sociedad: cuanto más fuerte seamos y más recursos atesoremos, más posibilidades tendremos de salir hacia delante. Algunos nos dirán que esta situación es fortuita y que la salida de ella es ajena a nosotros, pero cada vez hay más opiniones que defienden que éxito de nuestra recuperación dependerá de lo que cada uno aportemos de forma individual.

Chica con tablet

¿En qué podrías mejorar tú?

 

Redacción: Ana María Oncina, Directora Grupo ESACAN