El cuello es una parte sumamente delicada de nuestro sistema músculo esquelético y es punto frecuente de molestias y dolores.

Estas molestias o dolores muchas veces son consecuencia de traumatismos, accidentes o movimientos bruscos, pero cuando el motivo no es ninguno de los antes descritos, entonces tendremos que buscar el por qué de ese dolor, estando la mayoría de las veces la respuesta en la higiene postural, el estrés, nuestra situación emocional, la fatiga muscular, nuestra alimentación, etc.

El cuidado de nuestras posturas

Nuestra higiene postural es algo que solemos descuidar con gran facilidad, en la vida diaria por ejemplo, nos tumbamos en el sofá apoyando la cabeza en el reposa-brazos generando una flexión del cuello, hablamos por el teléfono manteniéndolo entre la cabeza y el hombro a la vez que estamos realizando otras cosas con las manos (escribir, tareas, etc.), o nos ponemos horas delante del ordenador sin una postura correcta.

  En nuestro puesto de trabajo tanto si lo realizamos sentado como de pie, es importante corregir nuestra postura ya que pasamos muchas horas  en la misma posición, de lo contrario correremos el riesgo de  ir empeorando con el paso del tiempo. Recordando así que: La lesión siempre busca más lesión. 

Cuidado con el estrés

El estrés es otro gran culpable de nuestros problemas de cuello, responsabilidades, trabajo, casa, familia, problemas, etc. Se nos van acumulando y generando un estado de tensión muscular el cual se suele reflejar en la zona cervical. El estrés no sólo viene ligado a la situación laboral o al no parar, sino que también puede ser provocado por situaciones emocionales, problemas familiares, con amigos e incluso con nuestra pareja e hijos.

Se suelen dar dos casos opuestos que generan el estrés emocional, uno sería cuando nos guardamos lo que realmente sentimos y preferimos no discutir o hablar de ciertas cosas por no crear conflictos, entonces empezamos a acumular emociones que no se exteriorizan causándonos daños que suelen derivar en tensión muscular, malestar y sensación de que nos falta el aire.

El otro sería el tipo de persona que suele ser más explosiva, impulsiva y con poca paciencia, la situación de estrés le lleva a exteriorizar la rabia y suele pagarlo normalmente con el entorno más cercano (familia o amigos), puede llegar a parecer que todo le molesta y le desborda. Se suele acentuar cuando su vida cotidiana se vuelve rutinaria.

Algunos consejos preventivos

El realizar ejercicios de respiración, encontrar alguna actividad que nos resulte placentera para eliminar tensiones como practicar deporte, bailar, cantar, quedar con amigos, etc. Darse algún tratamiento relajante (con masajes realizados por una persona con conocimientos de quiromasaje) pueden ayudarnos a calmar el estado de nerviosismo que nos produce el estrés.

Otro motivo sería la fatiga muscular producida por trabajos sedentarios o en donde se pasa en la misma posición muchas horas lo que genera una tensión muscular importante. Los trabajos con movimientos repetidos pueden producir desgaste y tensiones.

Para todo ello lo mejor es llevar una vida sana, controlar nuestra alimentación, practicar alguna actividad al aire libre o algún deporte que nos guste, intentar corregir las posturas y realizar estiramientos.  

En la consulta: Cuando alguien nos llega con un problema localizado en el cuello, antes de comenzar realizaremos un cuestionario a la persona para hacernos una idea del por qué de su dolencia, en qué trabaja, cuáles son sus hábitos, cómo duerme, si realiza alguna actividad física, alimentación, si ha tenido algún accidente o lesión, etc.

Como quiromasajistas tendremos en cuenta trabajar también periféricamente, ya que nuestro cuerpo está compuesto de cadenas musculares, es por ello que aunque nos vengan específicamente para un problema de cuello, es recomendable realizar un buen trabajo en la espalda,  así como en la cintura escapular (clavícula, escápula y esternón) y deltoides (hombros),el cual ayudará a mejorar la circulación y por consiguiente aliviar las molestias.

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